El cónclave

Hoy comienza el cónclave para elegir al nuevo papa. Es un momento crucial para la Iglesia Católica (en la cual fui bautizado) y espero que se elija a un Papa que pueda enfrentar con una mayor apertura los retos de este siglo. No creo que la iglesia llegue a aceptar el aborto en el futuro inmediato (no espero llegar a verlo, en realidad), pero la bendición de la iglesia al condón salvaría muchas vidas del SIDA y muchos niños de llegar a la pobreza extrema. Recuerdo el poema de "Los parias" de Salvador Díaz Mirón, donde decía que la madre tristemente criaba "querubines para el presidio y serafines para el burdel".

Espero de verdad que se elija a una persona del perfil, carisma y claridad de pensamiento que tenía el gran Angelo Roncalli, conocido como Juan XXIII o el "Papa bueno". Este Papa modernizó grandemente la iglesia, al eliminar a muchos santos que nunca existieron (muchos eran adaptaciones de dioses paganos), cambiar el formato de la misa de latín a lengua vernácula y otras actividades similares durante el Concilio Vaticano II.

Ojalá que no tengamos la mala suerte de que un Papa al estilo de Pablo VI sea electo, aunque Joseph Ratzinger es un candidato muy importante.

Personalmente nunca fui admirador de Juan Pablo II. Esta afirmación debe entenderse tal como está escrita. Fue sin duda un gran hombre, un pastor en tiempos de problemas muy difíciles para la Iglesia. El hecho de que haya pedido perdón públicamente por los crímenes de la Iglesia a lo largo de la historia, es muy importante. Sin embargo, creo que el Papa más importante del siglo anterior fue Juan XXIII, dada su apertura. Creo que Juan Pablo II dejó varias asignaturas pendientes y que a pesar de parecer progresista, era muy conservador. Les recomiendo que lean los artículos que aparecen en la Red Voltaire. Ahí pueden consultarse las opiniones de respetables teólogos y analistas católicos sobre el último papa y se tiene un punto de vista mucho más amplio que el dado en las noticias convencionales.

Por otro lado, el circo que se hizo durante la agonía de Carol Wojtyla fue un espectáculo grotesco. Es una vergüenza que las televisoras hayan lucrado así con la fe de la gente y con la vida de un hombre que siempre se condujo con urbanidad en el mundo. No se merecía tener una muerte seguida en tiempo real por el mundo entero. Fue, en resumidas cuentas, el mayor "reality show" que hayamos presenciado. Una actitud más que lamentable de los medios de comunicación que hicieron semejante espectáculo.

Darth Tradd
San Juan del Río, Qro. Mex.