Descansa en paz, Guille

La semana pasada dejó de existir una amiga muy querida: la Profesora Guillermina Román Pastrana. Guille, como la conocíamos todos, era oriunda de Iguala, Guerrero. Durante más de 30 años trabajó como maestra de educación primaria y secundaria en varios municipios cercanos a Iguala. Poseía una gran inteligencia, una memoria privilegiada y una agilidad mental impresionante, facultades que le permitían contar los chistes más divertidos, las anécdotas más entretenidas y los mejores cuentos de espantos y aparecidos que jamás he escuchado.

Pero más allá de esas cualidades, Guille era una persona extremadamente bondadosa. De hecho, una de las personas más buenas que he conocido. No hubo una sola ocasión, de las múltiples veces que la visitamos, en donde no sintiéramos ese cariño que está reservado a los amigos y, de hecho, a la familia cercana.

La vi por última vez en su casa de Ramón Corona, en el centro de Iguala, en marzo de este año. A pesar de su salud tan deteriorada, no perdía el buen humor. Hace un par de semanas, mientras mis papás la visitaban, pude platicar brevemente por teléfono con ella. El 2 de noviembre, día de muertos, falleció en un hospital de la Ciudad de México.

Descansa en paz, Guille.

Darth Tradd
Opal Gardens
Manchester, UK